Navidades y patología digestiva. Podemos pensar que es una mala combinación ¿verdad?. Hemos elegido precisamente como título del blog una de las preguntas más sonadas que nos estáis haciendo los pacientes que venís a las sesiones de seguimiento de patología digestiva. No es de extrañar, la verdad. En la cabeza de todos vosotros resuena la preocupación que os genera el exponeros de forma abierta a una serie de alimentos que son, precisamente, los que solemos retirar de vuestra alimentación para, precisamente, ayudaros a encontrar la calma con vuestros signos y manifestaciones digestivas.
La Navidad tiene una parte emocional, de reencuentros, de abrazos y largas sesiones de charla con nuestros amigos y familiares más queridos. Hemos superado una pandemia y todos nosotros tenemos ganas de vivir… Sin embargo, en la mayoría (mejor dicho, en la totalidad) de las ocasiones, como todos vosotros ya sabréis, el epicentro de las reuniones navideñas es la COMIDA.
Lo que la familia va a cocinar se transforma en esa pregunta elemental que sí o sí todos hacemos: “Pero ¿Qué hay de cena?” y en función de la respuesta, pues ya nuestro gesto va haciéndose más o menos agradable.
Si esto es algo que en el mundo “donde uno puede comer lo que quiera” ya se tiene en cuenta, imagínate lo que es, que tu salud dependa directamente de lo que comes, es decir, si como A “estaré genial y podré estar aquí con mi familia” o “si termino comiendo de B me sentiré fatal todo el día, tendré dolor y me tendré que ir corriendo al baño, me tendré que tumbar y mañana ya no podré quedar con mis amigos porque me sentiré fatal…
Pues sí, puede que esto te sorprenda, pero así viven muchas personas todos los días y esto se potencia muchísimo más durante las Navidades, porque precisamente, todo lo etiquetado como “Comida/Cena navideña” va asociado a:
• Comidas largas, con varios platos (entrantes, primero y segundo), postre y repostre (mantecados, polvorones, turrones, chocolates…)
• Comidas copiosas (tamaño).
• Recetas especiales, con ingredientes o técnicas de cocinado más “saborizadas” y condimentadas.
• Familiares o amigos que no entienden que el que tengas que comer sano no es un capricho, si no algo elemental para tu calidad de vida, tu salud física y emocional.
• Presión social por adoptar un comportamiento que no siga la línea de lo que todo el mundo hace con comentarios tipo “por uno no te va a pasar nada”, “no seas exagerado”, “eso son los nervios”, “en mis tiempos eso no existía, no me hagas el feo” y otras muchas perlas…
Todo esto es como capear un temporal, pues ponte en la piel de nuevo de esa amiga o prima que tiene una intolerancia o un sobrecrecimiento bacteriano, que lleva semanas tratando de mejorar su salud, que está teniendo una implicación férrea por estar bien, o tú mismo que nos estás leyendo y que tienes miedo de comer algo que te haga caer de nuevo “¿cómo sobrevivo?” nos preguntáis… ¡VAMOS A POR ELLO!
• Tener muy claro que te sienta bien y que mal, esta es la base. Las personas que venís a consulta con nosotras es algo que trabajamos para que podáis tener esa seguridad y confianza.
• Conocer dónde se va a comer y qué personas son las encargadas.
• En función del punto anterior, en caso de que se trate de un familiar o amigo: generar conciencia, transmitir información, comunicar que vuestra salud, estado de ánimo o vuestra calidad de vida puede verse menguada dependiendo de los ingredientes que lleven las recetas.
• Ofrecer alternativas que vayan en paralelo a la comida que se va a servir, tipo: “esto a mi pónmelo aparte”, “saca mi plato antes de añadir esto”, “como yo no puedo comer de X ¿me pones en el horno Z?
• En caso de que de algún plato no se pueda obtener una adaptación siempre tendremos más alternativas de otros platos de dónde comer y dónde los demás entenderán que en ausencia de X opciones tendremos que comer más de algo en concreto.
• Manifestar la necesidad de que respeten vuestras decisiones, que éstas no están en tela de juicio, que no son un tema de chiste ni comidillas, y que, por tanto, no deben ser menospreciadas. Todos debéis comer a gusto.
• Ofrecer el poder llevar platos elaborados, en caso que sean compatibles con vuestras necesidades, así tendréis asegurada la comida/cena.
Desde nuestro centro contamos con un equipo especialista en intolerancias alimentarias y patologías digestivas, por lo que si no sabes qué hacer con tu alimentación estaremos encantas de ayudarte. Puedes pedir cita con nosotras aquí.
¡Nos vemos pronto y feliz día!