Muchas veces nos vemos desbordados por nuestro día a día. El estrés, el aburrimiento o la tristeza, pueden invadirnos y creer que la comida puede llegar a mejorar ese estado, pero seguro que has comprobado que esto no es cierto. Intentar llenar un vacío emocional por medio de la comida, no es más que alimentación emocional, que parchea lo que verdaderamente te está ocurriendo. El antídoto ante un problema emocional, nunca podrá ser la comida.
Esto es algo muy común y natural, pero según con la frecuencia y connotación emocional con la que lo lleves a cabo, puede repercutir en tu bienestar físico y mental.
Quizás algo de esto te suene:
- “He realizado muchas dietas a lo largo de mi vida con resultados insatisfactorios y no sé el por qué no funcionan”
- “Sé lo que tengo que comer, lo que es bueno para mí, pero, al final no lo hago”
- “No puedo controlar la comida, ella me controla a mí”
- “Llega la noche y devoro”
- “Solo pienso en comer, y de no llevarlo a cabo me provoca mucha ansiedad”
- “Mi autoestima está por los suelos y comer es mi único aliciente”
- “Nunca acabo las dietas y me desmotivo fácilmente”
Si te sientes identificado, este es tu servicio.
La psiconutrición, es una disciplina dentro del campo de la nutrición, que cuenta con herramientas tanto psicológicas como nutricionales, para la consecución de un objetivo concreto.
No solo se trabajará en las sesiones de nutrición con un plan nutricional o educación nutricional, sino también, se tendrá en cuenta, tu relación con la comida y procesos psicológicos que estén entorpeciendo tu progreso. Solo así, podremos hacer tus progresos sostenibles en el tiempo, que es lo que nos interesa realmente.
Tener en cuenta tu autoestima, tu diálogo interior, tu autoimagen, tu situación vital y contexto y cualquier variable, que, aunque no esté relacionada con la comida directamente, nos ayudará a trabajar tu caso de manera mucho más precisa.
La psiconutrición, en definitiva puede:
- Mejorar la relación con la comida y contigo mismo.
- Reducir la alimentación emocional.
- Mantener a lo largo del tiempo una mejor motivación.
- Identificar y gestionar tus dificultades a la consecución del plan.
- Conseguir una educación nutricional, más adaptada a tu caso.
- Generar una mayor adherencia a un estilo de vida más saludable.
- Reducir el impacto de situaciones estresantes gestionadas con la comida.
- Conocer muchas más herramientas para gestionar tus emociones, y que la comida, deje de ser una de ellas.
- Disminuir el uso de excusas ante tu proceso de cambio.
¿Cómo empezamos?
Paso 1: primera visita.
La evaluación es parte esencial en esta visita, aquí, la profesional que te atienda, rellenará tu historial clínico. Te realizaremos preguntas y conoceremos tu historia con la comida y dietas, para así, entender la función que ha tenido la comida en tu vida.
Desde la primera sesión, cuentas con material de trabajo y objetivos de mejora.
Según el caso, puede precisar de plan alimentario o no, todo dependerá de las demandas del paciente. La pauta alimentaria la adaptamos a tu situación y problema en cuestión.
Paso 2: visitas de seguimiento.
La frecuencia de las sesiones puede variar en función del caso y problemática, es algo que consensuarás con el especialista.
En las sesiones de seguimiento reforzaremos tus progresos y pondremos alternativas a tus principales dificultades. En cada sesión, intentamos que tengas nuevos materiales para mantener tu motivación y ayudarte en tus principales dificultades.
Trabajaremos tanto la parte nutricional como la psico-conductual, a fin, de que consigas sentir avanzar en tu proceso de cambio.
El cambio es posible. ¿Lo intentamos?