El impacto de las redes sociales y su uso, tienen una fuerte influencia en los trastornos alimentarios. La concienciación al respecto, es de vital importancia para hacer un correcto uso de las redes sociales.
Por lo que hoy, queremos dejaros en nuestro blog, el contenido de la entrevista que hizo nuestra compañera Raquel L. Rubio para el Confidencial.
La ley aprobada por el Parlamento noruego, establece la obligatoriedad por parte de los “influencers” del país de avisar a sus seguidores en caso de haber modificado una fotografía ya que, puede afectar a la autoestima de los usuarios y crear o empeorar ciertos trastornos alimentarios. ¿Podría esto, abrir las puertas a futuras maniobras en este y otros países? Ojalá.
A causa de la presión social que sentimos por proyectar una imagen determinada, somos capaces de casi cualquier cosa por conseguirla.
Este fenómeno, es fácilmente observable a través del uso de redes las redes sociales, condicionada por la cantidad likes, followers, matches, retwets…
Debido a esta búsqueda incesante por alcanzar la perfección y a la necesidad de aprobación, tendemos a crear expectativas poco o nada realistas, sobre nosotros mismos. Unas expectativas que no siempre podemos satisfacer, lo que nos ocasiona una gran frustración e insatisfacción personal.
Las creencias referidas hacia uno mismo y los pensamientos que generamos entorno a estas, determinan nuestras emociones y conductas. Lo que condicionará la relación con nosotros mismos, y, por lo tanto, nuestro propio autoconcepto.
Trastornos alimentarios y redes sociales
Principales consecuencias de los cánones de belleza impuestos en las redes sociales por medio de filtros:
- Estándar o canon de belleza inalcanzable.
- Imagen distorsionada.
- Generemos expectativas poco o nada realistas.
- Búsqueda incesante por alcanzar la perfección.
- La apariencia física cobra una importancia exacerbada.
Nuestra imagen es nuestra carta de presentación, una forma de comunicación y la industria lo sabe. Las redes sociales se han convertido en plataformas de contenido transversal, dónde cada día siguen más personas.
Por ello, es importante visibilizar los retoques o los procesos de edición digital, ya que, sin duda, este tipo de publicidad encubierta, genera un impacto negativo en muchos de los usuarios que no saben interpretar el mensaje y puede dar pie a trastornos alimentarios.
Estamos demasiado pendientes de la imagen que causamos en los demás, pero descuidamos la relación con nuestro «yo» más íntimo. Nos preocupamos por el envoltorio, pero descuidamos el contenido.
Quizás esta medida no sea la solución definitiva, pero desde luego, es una buena práctica que contribuye a aumentar el nivel de conciencia de los usuarios sobre el tipo de contenido que consumen y poder derivar en trastornos alimentarios.
No sería extraño que más países se sumaran pronto a este tipo de iniciativas, desde mi punto de vista tan interesantes como necesarias.
Nos vemos pronto,
Raquel L Rubio