Hola a todos, después de las vacaciones y poco a poco volviendo a la rutina, nos ha parecido oportuno hablar sobre la BÁSCULA Y EL PESO.
¿Quién no ha cogido la báscula después de las vacaciones para ver cuántos kilos ha aumentado? Pues no lo habrá hecho aquel que no tiene una báscula en casa, claro. Porque si tienes una báscula en casa, caes.
Si es un hecho puntual, no hay ningún problema por querer pesarte en algún momento de tu vida. El problema viene cuando esos momentos se vuelven diarios, y a veces, en distintos momentos del día. Lo que significa que tenemos obsesión con la báscula.
Hoy, quiero darte RAZONES POR LAS QUE NO DEBES TENER UNA BÁSCULA EN CASA:
- Te despersonaliza: priorizas el número que te ofrece una báscula a tus sensaciones físicas.
- Falso control y dependencia: puede resultar adictivo creer controlar tu cuerpo o imagen por medio de un número.
- Reduce tu autoestima: tiene efectos psicológicos negativos ver un número que no esperas.
- No define tus hábitos: es una trampa creer que el número de la báscula es sinónimo de salud.
- Valor variable e impreciso: lo que comas, bebas, duermas, te muevas, momento del día… influye en tu peso. Y no todo depende de ti.
Quizás no te lo hayas planteado esto nunca, pero si el número te condiciona poco o mucho, creemos que no hay razón por las que mantener un hábito como el de «pesarte todos los días».
Piensa desde dónde decides que esta conducta merece estar en tu día a día, valora si merece tu tiempo y actúa con coherencia.
Desde la infancia en el cole nos han definido con un número. Y que, por ello, creas que gracias a algunos números puedas alcanzar muchas metas. Pero déjanos que te digamos que no hay número que te defina, aunque nos hayan enseñado lo contrario.
Deseamos hacerte reflexionar.
Y por supuesto, cuanta con nuestro equipo de psiconutrición para trabajar tu relación con la comida y tu cuerpo.
¡Nos vemos pronto y que paséis un feliz día!