¿Has pensado esto alguna vez? Si tecleamos en Google el título de este artículo nos encontramos con varios alimentos cuyo consumo nos promete disminuir las ganas de comer chocolate. Nuestra respuesta es mucho más simple, chocolate, y a continuación te explicamos el por qué.
Lo más probable es que, en primer lugar, busquemos alimentos dulces más saludables que calmen ese antojo pero, al cabo de unas horas ese antojo vuelva a aparecer y procedamos a hacer lo mismo otra vez, buscar un sustituto. Pues bien, transcurrido un poco más de tiempo, casi seguro que terminamos comiéndonos el chocolate y en una cantidad más grande que si lo hubiésemos hecho desde un primer momento. Con esto, no estamos diciendo que haya que comer todo lo que nos apetezca ni promoviendo un consumo de ultraprocesados poco saludables a nivel nutricional, no. Lo que queremos trasmitir es una manera de nutrirnos más flexible y que sea sostenible a medio y largo plazo.
Cuando nos privamos de comer algún tipo de producto alimentario sin que haya una causa médica que lo justifique, con la finalidad de conseguir una pérdida de peso más rápida o no subir de peso, lo que estamos potenciando psicológicamente es que:
- Se genere un mayor deseo, impulso y/o apetencia hacia aquello que no nos permitimos.
- Los productos alimentarios tengan una importancia más grande y haya una mayor presencia en nuestros pensamientos.
- Se cree una potente asociación entre su consumo y la sensación de conseguir una recompensa (placer momentáneo).
- Haya más probabilidades de que se den atracones (objetivos / subjetivos) o hiperingestas.
De lo que se trata aquí es de trabajar la relación que se mantiene con la comida y de que esta sea saludable a nivel nutricional, pero a nivel psicológico también.
El centro cuenta con un equipo de profesionales que reúnen la formación necesaria (la psicología y la nutrición), para ayudarte en tus principales obstáculos.
¿Te animas? ¡Estamos deseando ayudarte con el servicio de psiconutrición!
¡Nos vemos pronto y feliz día!