Seguro que la frase “no tengo fuerza de voluntad” te resuena si has iniciado en alguna ocasión un proceso de bajada de peso o de cambio de hábitos. Bien porque un profesional o conocido te lo haya dicho o bien, porque te lo hayas dicho tú a ti mismo.
¿Qué es la fuerza de voluntad? Se trata de la capacidad humana para esforzarse lo necesario al hacer una cosa.
Cualquier cambio que realices en tu vida requiere de un esfuerzo ya que, supone salir de una zona de confort a la que estamos habituados. Al principio es lógico que el esfuerzo sea mayor aunque, eso sí, la motivación del principio ayuda mucho.
No obstante, no podemos vivir sometidos a un esfuerzo constante, y más, en un acto tan primario como es comer, por lo tanto, ¡aquí está el error de la ecuación! Comer sano y sostenerlo a lo largo del tiempo para mantener unos resultados no debe suponer un esfuerzo.
Por lo tanto, ¡la fuerza de voluntad aquí no existe!
Al principio, como hemos dicho, es lógico recurrir al esfuerzo pero, gracias al paso del tiempo que nos lleva a habituarnos a los cambios, la educación nutricional, si tienes una pauta adaptada, si atienden a tus necesidades personales, … no tienes por qué recurrir diariamente a la ley de la fuerza de voluntad.
Es importante entender que cada persona, requiere de unas necesidades individuales únicas, y que, encontrar el equilibrio de que comer sano tiene que ser cómodo y atractivo, es el principal objetivo para no recurrir a esfuerzos constantes por mantener unos objetivos.
Cuando tienes un plan bien adaptado a ti las nuevas acciones y cambios vienen solos y, es así, cuando no se depende de una fuerza externa extraordinaria.
Para no recurrir a la fuerza de voluntad que, como te has dado cuenta ya, no funciona a largo plazo, necesitas:
- Encontrar tu motivación y objetivo. Debe estar bien formulado y el profesional que te atienda debe explorarlo para tenerlo en cuenta.
- Tener en cuenta desde dónde haces los cambios: ¿desde el cuidado, desde la prohibición, desde el cariño, desde el castigo, desde la obligación…?
- Ajustar muy bien las expectativas en cuanto al proceso. Si es un proceso de bajada de peso, sé realista: no siempre se baja peso, y no solo se puede usar ese indicador.
- Conocer tus gustos y tenerlos en cuenta. Es interesante innovar en la cocina y ser creativos. La curiosidad y la novedad puede ser un elemento motivador muy interesante.
- Tener objetivos más allá de un peso. Una vez alcances tu peso, todo te va a dar igual y puedes retomar viejos hábitos. ¿Por qué es importante para ti tener unos hábitos saludables?
- Deshacerte del concepto dieta y apuesta por un estilo #comesanoyvivesano. Comienza un cambio que no tenga fecha de caducidad.
- Necesitas equilibrio. No se puede tener la expectativa de que tener buenos hábitos implica comer sano todos los días. La flexibilidad es una herramienta más útil que el sacrificio constante.
Por todo esto, ¡no culpes a la fuerza de voluntad por no conseguir tus objetivos! Analiza todos los puntos anteriores, y por supuesto, cuenta con el equipo del Centro de Nutrición Laura Jorge para desmontar todas estas creencias y, de una vez por todas, ¡conseguir diseñar los hábitos que realmente necesitas!
¡Esperamos que este blog te haya servido de empujón para empezar a cuidarte y crear hábitos saludables!
¡Nos vemos pronto!
Raquel L. Rubio