¿Eres capaz de dejarte comida en el plato?
Habrá gente que pensará que es una pregunta tonta, pero muchos os habéis dado por aludidos, ¿verdad?
Es algo muy frecuente que vemos en consulta y que llega a ser un verdadero factor de estrés y de resistencia en un proceso de bajada de peso o de mejora en la relación con la comida.
Para algunas personas supone un verdadero problema que haya comida en el plato y no pueden parar de comer hasta acabar con todo, o hasta acabar con una sensación de hinchazón muy desagradable.
Situaciones de este tipo suelen ser el problema:
- Cuando se cocina más cantidad que de costumbre.
- Cuando en un restaurante las raciones son superiores a lo esperado.
- Cuando tenemos algún evento social o familiar del tipo: navidad, cumpleaños, cenas con amigos…
- Cuando estamos cocinando con ansiedad y sobrevaloramos la sensación de hambre.
- Cuando comemos muy rápido y nuestro cerebro no ha sido consciente de lo que ha comido. Aquí, decimos que tu estómago ha comido, pero a tu cerebro no le ha dado tiempo a procesarlo y sigue teniendo hambre, y por eso, te pide más comida.
- Alimentación emocional mal gestionada.
- Mucha disposición de recursos (recetas, procesados…) en casa.
En estas situaciones el discurso suele ser el siguiente: «me da pena tirar la comida a la basura», «un día es un día», «con el hambre que hay en el mundo», «esta noche no ceno», «yo si no me siento hinchado siento que no he comido»… Al final nuestro cuerpo se acaba convirtiendo en un cubo de basura donde se tira esa comida. Es una expresión dura, pero la utilidad de la comida en esos momentos es la misma.
Que haya un estrés antes o ansiedad, es lógico, ya que hay un hábito o patrón ante la presencia de comida: bien porque hay una culpa antes de comer por otras ocasiones, bien porque ya anticipáis que vais a perder el control o no seréis capaces, o bien, por las excusas anteriores que alivian un ratito solo y luego producen malestar.
¿Qué podríamos hacer?
- Tener la fiel convicción de que sois vosotros y está en vuestro control directo, la decisión de cuánto comer.
- Hacer un ejercicio de escucha, y analizar cuáles son los pensamientos o excusas que soléis utilizar. Después, restructurarlos para evitar que la conducta de comer, este mediado por la excusa. Un ejemplo: “es solo un trocito, otro poco más”, puedes sustituir este comentario por, “Ya me encuentro saciado y comer más, hará que me sienta muy indigesto. No es lo que necesito”.
- Que comer sea una conducta determinada por la experiencia de otras ocasiones, la escucha y el entendimiento. Para ello, añadir comentarios antes de elaborar vuestros platos, del tipo: “¿realmente que es lo que voy a necesitar? ¿otras ocasiones qué me ha ocurrido?, luego puedo añadir fruta si tengo hambre, ¿y qué pasa si me quedo con hambre? Nada, como más…” Esto, quizás nos lleve a poner menos comida en el plato.
- No se trata solo de comer consciente, sino de cocinar consciente. Realmente, muchas veces ponemos el foco en el momento de la comida, pero mientras cocinamos, es cuando decidimos cómo va a ser nuestra ingesta. Ahí es también donde elaboramos un discurso mental dirigido a la escucha de nuestro cuerpo o a la elaboración de excusas.
- Cocina desde la calma, y después, come despacio, tranquilo, respirando, tomando descansos…
- Cuidado con la vajilla, existe una tendencia a que la vajilla cada vez sea más grande.
- Si es algo que te cuesta mucho, de manera deliberada se puede realizar un experimento conductual que es: voy a dejarme, aunque sea un cachito chiquitín en el plato para trabajar la tolerancia a esa emoción que me provoca la situación. Y aquí, podéis restructurar los pensamientos del tipo “hay que comérselo todo, es solo un trocito no pasa nada…” Este experimento viene muy bien para personas con falta de control de impulsos, pero no viene bien cuando hay mucha exigencia de partida o pensamientos perfeccionistas (tenerlo en cuenta).
Si te has sentido reflejado en estas líneas y sientes que es imposible dejarte comida en el plato y esto es un hecho que te frustra, cuenta con nosotras. Las sesiones de psiconutrición son las indicadas para trabajar esta circunstancia.
Esperamos haberte ayudado.