Hoy me he levantado con ganas de animaros y motivaros (para variar…;)). Porque sé que todos los días no son buenos, porque sé que hay días que no ves recompensa en todos tu esfuerzos, porque sé que hay días que prefieres seguir tumbado en lugar de levantarte e ir a entrenar y días en los que no hay ningún tipo de motivación.
Y por eso escribo hoy. Porque me siento con mucha energía para poder animaros a todos aquellos que hoy os habéis levantado de esta manera, y daros un toque de motivación en vuestro día.
Porque, ¿sabéis una cosa? Todo lo que hacemos, debemos hacerlo con alegría, y si no es así, tal vez, hay que cambiar la manera de hacerlo o nuestro pensamiento.
No lo olvidéis: El cómo siempre es más importante que el qué.
A veces, no vemos progreso en nuestro cuerpo después de estar esforzándonos en llevar una alimentación adecuada y haciendo el ejercicio correcto y perdemos la motivación. Pero, tal vez, todo esto se debe a nuestro grado de ansiedad por conseguir rápido nuestros objetivos.
Y os digo una cosa chic@s, una de las cosas que he aprendido a lo largo de mi carrera profesional y personal es que todos aquellos que nos esforzamos, al final, por mucho que cueste, obtenemos nuestra recompensa.
Muchos pensareis, ¿rendirse o seguir?
Mi consejo: ¡Siempre seguir! ¡Nunca perder la motivación!
Pensar en el ahora, que vuestra atención recaiga en ser felices hoy por hoy. Que penséis en los beneficios que está teniendo en vuestra vida vuestros buenos hábitos, ya no solo para obtener el físico que queréis, sino para vuestra salud física y mental.
Y os aseguro que cuando consigáis esto, sólo cuando lo hagáis, veréis los tan gratificantes resultados.
En resumen, la clave es el ahora, el aprender a disfrutar y valorar cada paso que damos, reduciendo así, la obsesión y ansiedad de alcanzar el objetivo.
¡Fíjate en los pequeños progresos, en el día a día… y valóralo!