Hoy os hablamos de un tipo de alimentación emocional muy común,
«Hambre de tiempo»
Trata de una relación con la comida que viene dada por el nivel de estrés y la falta de tiempo que sentimos a lo largo del día. Para que podáis entenderlo mejor, os muestro algunos pensamientos típicos de este tipo de alimentación:
- «Cuando llega la noche y me relajo, devoro del hambre que tengo»
- «Tengo hambre. Lo único que me calma es la comida»
- «Comer supone el único momento del día que tengo para mi»
- «Cuando me siento con estrés, no puedo controlar la cantidad de comida que como, no encuentro fin»
Seguro que os suenan estos pensamientos a más de uno, ya que es un tipo de alimentación emocional de los más típicos por el umbral de estrés que llevamos hoy en día la sociedad.
Inconscientemente con este tipo de alimentación buscamos una vía de escape de la insatisfacción que sentimos por nuestra gestión y falta de tiempo. Aquí, la comida pasa a ser algo más que comida, se convierte en una recompensa y eso supone que la conducta se refuerce y la realicemos en más de una ocasión.
Muchas veces, es por falta de recursos y estrategias para lograr mitigarla, por eso queremos daros algunos consejos para controlar «el hambre de tiempo»:
- Dedica algunos minutos en tu día a día para tener espacios de autocuidado.
- Te lanzamos una pregunta: ¿Qué cosas te gustaría hacer y no haces por falta de tiempo?
- Deposita en una agenda todas tus actividades del día a día (labores del hogar, trabajo, ejercicio, estudios…) y subraya todo aquello que vayas realizando. Así, verás que progresas y no pensarás únicamente en las cosas que te quedan por hacer, sino en las que has hecho.
- No dejes pie a la improvisación y planifica tus #tuppersdomingueros
- Si observas que no llegas a todo, reformula tu planificación ya que es debido a que está mal planteada.
- En el momento de identificar la alimentación emocional, usa el pensamiento crítico y valora las consecuencias (¿Cuándo me alimento de esta manera, me siento luego bien?). La clave es darte tiempo (10 min) antes de iniciar la conducta compulsiva.
- Si decides comer después de reflexionarlo, la clave sigue siendo recuperar el control, decide disfrutar de la elección escogida, ¡NO HAY ALIMENTOS PROHIBIDOS! o bien, busca una alternativa saludable igualmente de apetecible.
- Ten en la nevera una lista de platos o ideas saludables que te gusten, y por supuesto, procura disponer de sus ingredientes. Mira la lista mientras creas que vayas a perder el control.
- Y como siempre decimos ¡NO COMPENSES!. Las fluctuaciones de peso no únicamente dependen de la alimentación, por lo tanto, evita las asociaciones comida-peso.
Si sientes que esto afecta a tu calidad de vida en gran medida, contamos en el Centro de Nutrición Laura Jorge con el servicio de psiconutrición para estos casos.
Espero que estas líneas te hayan ayudado y hayas entendido lo que es el hambre del tiempo.
¡Hasta pronto!
Raquel L.Rubio